Opinion

DC ¿Decadencia Ideológica?

Por Thomas Tamayo.

A propósito del pasado desaire de la Fundación Konrad Adenauer hacia la Democracia Cristiana, vale la pena preguntarse, ¿cuáles habrán sido las causas de la marginación como invitado a sus encuentros y charlas?  Y ad-portas de un nuevo proceso eleccionario, donde la falange reafirmó su nuevo domicilio político, alineándose con el actual oficialismo, la pregunta es: ¿la Democracia Cristiana está en decadencia ideológica?

El partido demócrata cristiano se fundó en el año 1957, y durante varias décadas tuvo una influencia política y social tremendamente potente. Con sus principios puestos en la preocupación por superar la pobreza y en los valores y cánones católicos, tuvo un auge importante durante la década de los 60, sobre todo con la clase obrera campesina y la clase media de la época. De hecho, fue uno de los conglomerados políticos más grandes de aquel periodo, la DC era parte de los tan nombrados tres tercios de principio de los años 70. Pero hace varios años que la DC ha perdido su peso. Con minoría en el parlamento, incluso en la votación de diputados del año 2021, la DC no superó la mitad de la votación de sus candidatos en 2017. Con solo un representante electo en la Convención pasada, Fuad Chaín, y con cero representantes electos en el Consejo Constitucional de este año, la DC no ha podido repuntar, y por si fuera poco, puso en venta y en arriendo la mayoría de sus inmuebles. Con todos estos datos pareciera que se ha convertido en un partido irrelevante.

Pero ¿cómo un partido tan robusto, tan influyente, con varios presidentes de la República entre sus filas ha tocado tan hondo? La respuesta es compleja, pero según Noam Titelman, en su libro “La Nueva Izquierda Chilena” haciendo especial énfasis en el Frente Amplio que hoy gobierna, plantea una reflexión y que es válida para el caso de la DC. Él dice que cada cierto tiempo, los partidos necesitan una profunda reflexión ideológica. Una reflexión que los lleve a pensar y a repensar en el objetivo de su partido, en las luchas que ellos quieren dar y cuáles serán los principios y valores intransables como colectivo.Es verdad, los tiempos cambian, las sociedades avanzan y los problemas de hace 50 años hoy no son tan relevantes. Pero lo que también es ciertísimo, es que los partidos políticos son los llamados a ser la voz de la ciudadanía. De alguna u otra manera la DC se ha ido quedando sola. Se quiso acercar a la izquierda radical. Probaron con la Nueva Mayoría, y el único partido que hoy no está en el gobierno es justamente la DC. Quisieron ser oposición, y lo que pasó es que de entre sus propias filas nace el Partido Amarillos y por los palos el partido Demócrata.

Siempre es bueno reflexionar sobre cómo estamos haciendo nuestra labor. Lo que queda claro es que la Democracia Cristiana necesita urgente un ajuste ideológico. O se acerca a la izquierda radical, y a sus luchas identitarias (pueblos originarios, feminismo, diversidad sexual y medioambiente) o vuelve a sus principios sociales y morales que llevaron a la DC a ser uno de los partidos políticos más influyentes de nuestra historia política. Pero lo claro es que no puede seguir con está. No puede seguir en una decadencia Ideológica. Quizás sea esta, una de las razones por las que la fundación alemana dejó fuera a la DC.

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